La actividad de recreación constituye en un factor esencial para la formación integral ya que mejora su calidad de vida y proporciona importantes beneficios Psico-emocionales, cognitivos, físicos y sociales, tales como la confianza en sí mismos, la capacidad de relacionarse, empatizar y resolver conflictos adecuadamente, así como el desarrollo de la imaginación, la creatividad y la memoria, junto con la concentración y atención.

Entre los beneficios sociales de las actividades recreativas están el potenciar la consolidación de la propia identidad y el sentido de pertenencia (a la familia o a un grupo), así como prevenir comportamientos antisociales y violentos.